jueves, 27 de diciembre de 2018

Capítulo II El encantamiento

El encantamiento es diversificado. Juegan con tus deseos. Pobre animal que no controla sus deseos y cae presa de ellos.

Vas al cine y crees que ves una película de súper héroes donde el villano es derrotado y los buenos ganaron. No. Desde el momento en que te sientas en la butaca, ya ganó el villano. Por supuesto, el truco está en que creas lo contrario. ¡Qué Buen truco!

Y si tu bolsillo no alcanza para el Cine, siempre tienen un As bajo la  manga, es que piensan en todo, saben cómo funcionas, así que, está la Televisión, ese aparato de encantamiento súper exitoso, y luego hicieron las series, para que no te aburras, y las hacen de vampiros, de hombres lobos y de brujas con dragones incluidos para que entiendas que lo que ves no es la realidad.

Te inventaron el comunismo para insertar el capitalismo, y te hiciste fan del Che Guevara y "enemigo del imperio"; te inventaron el socialismo para insertarte la democracia y ahora, ingenuamente votas cada cierto tiempo con la seguridad de cambiar el mundo; te inventaron la libertad de expresión para insertarte el libertinaje y ahora no sabés si sos hombre, mujer o zanahoria; te inventaron a Dios para insertarte la desesperanza y ahora luchas por ser uno de los ciento cuarenta y cuatro mil escogidos. Y todo te lo creiste.

El vampiro no te deja seco, te infla. Te infla el ego, el narcisismo y el auto consumo masivo.

Somos carne de cañón. No en este siglo ni en ésta triste época, sino desde hace milenios. Siempre colgando del encantamiento, siempre ajenos a los verdaderos monstruos que rondan a nuestro alrededor. Siempre presumiendo lo que no poseemos ni somos. 





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