miércoles, 24 de julio de 2013

La huesuda y yo

Hace poco más de 2 años conocí a la huesuda. Se apareció repentinamente un día en el que me sentía más viva y sana que nunca rodeada de afecto y sintiendo en mi corazón el palpitar de un gran amor. 
Tocó a mi puerta y quiso llevarme al viaje acostumbrado, sin embargo, ese día me rehusé a viajar con ella y lo que hice fue empezar a contarle puros cuentos fantásticos sobre mi vida, y así, como si fuera el cuento de las mil y una noches, he seguido fascinandola con mis cuentos cada día. 
A veces creo que hasta nos tenemos cariño, aunque confieso que es dificil tenerla de amiga. 
A veces la abrazo porque la veo sentirse sola y una que otra vez la abrazo tan fuerte que le rechinan y se le estrujan los huesos, pero lo hago para recordarle que aún las fuerzas no me abandonan y que sigo viva. 
Sé que un día se cansará de escuchar mis cuentos y es probable que yo también me canse de contárselos, y ese día seguro que no habrán excusas para ninguna de las dos, pero, cuando ese día llegue yo ya me sentiré una gran cuenta cuentos y emprenderé el viaje más fantastico de mi vida, pero mientras tanto, ella sigue atenta escuchando mis cuentos y yo contenta de seguir narrando...

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