La huesuda y yo
Hace
poco más de 2 años conocí a la huesuda. Se apareció repentinamente un
día en el que me sentía más viva y sana que nunca rodeada de afecto y sintiendo en mi corazón el palpitar de un gran amor.
Tocó a mi puerta y
quiso llevarme al viaje acostumbrado, sin embargo, ese día me rehusé a viajar con ella y lo que hice fue empezar a
contarle puros cuentos fantásticos sobre mi vida, y así, como si fuera
el cuento de las mil y una noches, he seguido fascinandola con mis
cuentos cada día.
A veces creo que hasta nos tenemos cariño, aunque
confieso que es dificil tenerla de amiga.
A veces la abrazo porque la
veo sentirse sola y una que otra vez la abrazo tan fuerte que le
rechinan y se le estrujan los huesos, pero lo hago para recordarle que aún las fuerzas no
me abandonan y que sigo viva.
Sé que un día se cansará de escuchar mis cuentos y es
probable que yo también me canse de contárselos, y ese día seguro que no
habrán excusas para ninguna de las dos, pero, cuando ese día llegue yo ya me sentiré una gran cuenta cuentos y emprenderé el viaje más fantastico
de mi vida, pero mientras tanto, ella sigue atenta escuchando mis
cuentos y yo contenta de seguir narrando...
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