El
arte de vivir I
Para
muchas personas la vida es un tormento, un castigo o un estilo de tortura
espiritual. Nunca encuentran el sentido de la misma, de hecho, no le encuentran
sentido a nada, no encuentran las
respuestas a los porqués, no entienden nada de nada.
Siempre
escucho decir “la vida es injusta”, “la vida es dura”, “la vida es difícil”,
etc,
Pues
sí, la vida no es nada fácil, y así debe ser, no
debe ser fácil en lo absoluto, debe ser compleja, dura, complicada, injusta, y
a veces hasta parecer un mal chiste y en el peor de los casos, un chiste cruel.
¿Por
qué? Yo digo: ¿Por qué no?
La expresión: “la escuela de la vida” es reflexiva. La Vida sí es una escuela, ir a la
escuela nunca es fácil, pasar las pruebas, las tareas, soportar a los maestros,
compañeros indeseables, etc., además de las complejidades sociales y económicas.
Pero
siempre sobrevivimos, aprendemos, conocemos, etc. El que siempre está haciendo
trampa en la escuela para aprobar, se engaña a sí mismo, y así será en su vida
fuera de la escuela, porque aquí en la vida real, el que reprueba, raras veces
tiene una segunda oportunidad, rara vez se le presenta la oportunidad de hacer
un “examen de reparación”, pues aquí, simplemente lo sufres en carne propia o
en el peor de los casos lo sufren tus seres queridos.
El
que en la escuela siempre se está escondiendo bajo la excusa de que los
maestros le tienen “tema”, de que sus compañeros “le tienen envidia” o excusas
similares, es aquel que aquí le echa la culpa al jefe, al compañero de trabajo,
a la esposa o esposo, al hijo, al amigo, a todo el mundo, todos son culpables
de su fracaso, menos él mismo. Jamás al igual que en la escuela se atreve a
hacerse responsable por sus actos.
Los
niños son tan reacios a ir a la escuela porque saben que ahí hay reglas,
distintas de las de su casa y con seres ajenos a ellos, saben que si hacen
berrinches el maestro al contrario de su mamá que lo consentirá, lo sacará de
clases y si hace algo indebido terminará en la dirección. Si golpea a sus
compañeritos, éstos le devolverán el golpe y hasta más fuerte, ahí no hay nadie
que le indique que no se debe agredir a los demás seres, pues ahí aprende dolorosamente que si agrede,
le responderán la agresión.
Por
tal razón hay tantos seres tan quisquillosos por la vida, escondiéndose siempre
bajo la figura paterna, materna o conyugal, siempre huyendo de la escuela de la
vida, siempre poniéndole peros a su propio desarrollo, siempre culpando a los demás
de lo que ellos mismos no se atreven ser y hacer, siempre haciendo trampa en los
negocios, en el amor, con la familia, hasta llegar a un punto en que no saben cuál
es el sentido de sus propias vidas.
Insisto,
la vida no es fácil, en lo que me toca, me he
decepcionado, me he deprimido profundamente, he odiado, he estado resentida con
personas, con la vida misma, he deseado no existir y cosas similares, sin embargo, estoy viva, sigo viva, y lo más importante es que cada día es mejor.
Si las cosas salen mal, mañana es posible que salgan bien, o será pasado mañana o la próxima semana, pero no es posible quedarse en "el mal día", hay que pensar en las soluciones y luego si da tiempo, lamentarse, llorar, patalear o gritar.
Si las cosas salen mal, mañana es posible que salgan bien, o será pasado mañana o la próxima semana, pero no es posible quedarse en "el mal día", hay que pensar en las soluciones y luego si da tiempo, lamentarse, llorar, patalear o gritar.
No importa si la vida es fácil o difícil, eso dependerá de qué estas hecho, si en la primaria aprendiste a ser tramposo, seguramente serás tramposo en la vida real también, con la diferencia de que en la vida real no hay maestros que te castiguen ni Directores que te suspendan, aquí te quedas sin empleo, sin dinero, sin amigos, aquí no son cuadernos los que salen lastimados, sino personas, y si no aprendes cómo vivir en tu simulacro de escuela, no sabrás enfrentarte a los desafíos que te presentará la vida frecuentemente.
Vivir no es solo respirar, vivir es tomar desiciones todo el tiempo, vivir es disfrutar de lo bueno y lo malo, vivir es estar consciente de que un día la vas a cagar, pero de que otro día vas a hacer lo correcto, y que al final, lo único que cuenta es lo que haces de corazón.-