sábado, 19 de agosto de 2017

El tiempo

El tiempo fue, durante mucho tiempo mi preocupación, que si venía, que si pasaba, que si avanzaba más aprisa, que si la juventud, que si la vejez, que si los hijos, que si el matrimonio, que si me deja el tren, que los ahorros, etc, etc, en todas esas disyuntivas, el tiempo siempre jugaba el papel principal.

Hoy, no me preocupo en el tiempo ni por él. Al contrario, lo uso, o al menos eso intento. Todos los días y todas las horas que marca el reloj desde que despierto hasta que caigo en manos de Morfeo intento aprovecharme del tiempo que creo disponer, porque sé que cualquier día, cualquier hora, cualquier minuto, cualquier suspiro, puede ser el último, al fin y al cabo, no hay que aferrarse a algo que sabés que llegará a su fin tarde o temprano. 

Ya no me provoca ansiedad el futuro, será porque ya el tiempo no es mi preocupación, o porque he comprendido que lo que tengo en realidad es el presente, que es el que tengo la obligación de construir bien, todo lo demás es ilusorio.

Tantas películas para explicarnos que el tiempo no existe, cuando en realidad todo existe dentro de sí mismo, aunque eso no te lo puede mostrar ningun film, porque no se comprende desde afuera, sino desde adentro.