domingo, 5 de agosto de 2012

Que tu coraje sea mayor que tu miedo

El optimismo debería ser un ejercicio práctico de todos los días y no sólo cuando te invadan los problemas. No es sonreír y esperar a que todo salga bien. Es estar seguro de tener la capacidad y la confianza de superarlo todo y sobre todo, aceptar las cosas que no puedes cambiar.

Sí, eso mismo, aceptar esas pequeñas (pero grandes para ti) tal como son.

Sí, hablo de aceptar hechos tan simples como tener unos padres abusadores, o sobre protectores o simplemente de aquellos que con el paso de los años te hacen creer seriamente que fuistes adoptado. En el peor de los casos, aceptar la ausencia de padres en tu vida.

Sí, aceptar el hecho de ser realmente fe@, aunque dicen que la belleza es relativa, me parece que no se aplica a la fealdad, la fealdad es bastante ostensible. Aprovecha para cultivar tu personalidad.

O aceptar el humilde hecho de la pobreza material, sí, esa que descubrís cuando no tenés un peso en la bolsa, cartera, billetera, cuenta, monedera  y te das cuenta que el único peso que posees es el de la conciencia, bueno, el que la tiene.

Aceptar que no tienes talento para lo que te gusta, pero sí el suficiente coraje y persistencia para alcanzar buenos resultados.

Aceptar que sos el más debilucho de tu clase de Karate, que siempre te golpeas más que los demás, pero te das cuenta que tu desventaja a veces es una bendición.

Aceptar que tienes una obsesión, pero que bien encaminada te sirve para mejorar.

Aceptar el hecho de que definitivamente no serás el siguiente Steve Jobs o ningún otro genio o héroe zen que salva a la humanidad de la mediocridad, pero, sí sos el héroe de tu casa, el hermano, el hijo o simplemente el amigo.

Es necesario no perder el tesón por la vida,  encontrarle el gusto a cada cosa que hacés, encontrar el coraje cada día para aceptar las cosas que ya no se pueden cambiar porque no dependen de vos, pero que a excepción de eso, tenés todo el poder para transformar ese miedo y cambiar los esquemas que no sirven por unos que te hagan mejor persona.

En otras palabras, que tu coraje por la vida sea mayor que tu miedo al cambio. Dicen que el que nada arriesga nada gana y que el todo arriesga lo puede perder todo o simplemente ganarlo todo. 

Si arriesgas y pierdes. Ganas experiencia, y la experiencia lo es todo.

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