martes, 4 de junio de 2019

A mi madre...

Todas las cosas que debía decirte, se quedaron para siempre atoradas en mi garganta, como una molesta y eterna gripe, no pude explicarte las profundas razones de mis comportamientos fraternales,  que para ti eran más bien anti fraternales, nunca podré insistir en mis motivos contra el dogma religioso que tanto te enfadaba, tampoco podré pedirte que sigas teniendo paciencia, no podré ya decirte nada nunca, porque decidiste sin consultar, te fuiste con la urgencia de un doctor en una tarde llena de accidentes automovilísticos, te fuiste sin mirar atrás y para siempre.
y ahora, cada día me convenzo mas que atendiste un llamado espiritual, más que hacerle caso a la huesuda, que dejaste este mundo para alistarte a tu verdadera misión. Guerrera de fuego y hielo.


jueves, 24 de enero de 2019

Cómo amar a tu patria y no morir en el intento

Como amar a tu patria y no morir en el intento.

Nací en una Nicaragua convulsionada, insurrecta y gravemente lastimada. Con apenas año y medio y en los brazos de uno de mis tíos crucé balas, cadáveres y trincheras para llegar a un sitio seguro, aquellos días del mes de Julio de mil novecientos setenta y nueve, aquellos días en los que mi ojos vieron lo que no debe ver ningún niño y mi alma fue grabada con violencia ligándola para siempre a una rebeldía con el mundo exterior.

No es fácil aprender a distinguir la verdad de la mentira, no es fácil aprender a identificar a los amigos, no es fácil sostener la realidad y  convivir con el enemigo, no es fácil ser rebelde en un mundo sin causas, así como tampoco lo fue haberme dado cuenta cuán esclavos somos de nuestra propia nación.

Crecí en la mentira llamada Revolución, me dijeron que los enemigos del pueblo eran del norte, el yanqui opresor, el yanqui imperialista que financiaba a los traidores de la patria, aquellos que se escondían en las montañas teniendo que huir de sus casas y familias para sobrevivir, ellos, que no creían en los comandantes que nunca comandaron nada y sí amaban la patria y la querían limpia de doctrinas venenosas.

Los espantos del pasado aún nos atemorizan, aún nos arrastran por las oscuras veredas de la mentira y las falsas banderas, el mundo ha cambiado, sí, pero no para mejor. El país ha cambiado, sí, se ha quedado sin hijos que la amen y la defiendan, han abierto las venas del Nicarao hasta desangrarse, han pisoteado el honor de nuestros antepasados, y borrado el coraje de la sangre de Diriangén.

Han mandado los Rojos un tiempo, luego los rojinegros, y ahora ya todo es confuso, sólo quedan los peones que se coronan Reyes en un escenario de infame Revolución o de falsa democracia. No existe tal patria antes de abril y después de Abril. Es la misma Doña con sus mismos caites y su mismo delantal, con su rostro cansado y arañado por los duros golpes del tiempo y las ambiciones personales.

Ay Nicaragua, Nicaraguita, te has quedado sin hijos que te defiendan y te reclamen, secuestrada hace décadas sin que te dieras cuenta, ultrajada ininterrumpidamente por quienes debían protegerte y abandonada a tu suerte por los hijos, los abuelos y los padres.

Algunos te sueñan República otra vez, otros te sueñan Libre, como si alguna vez fuiste cualquiera de las dos. Son sueños ligeros de los que son ciegos por gusto y algunos por defecto, adoran las quimeras de la democracia y creen en la utopía del mañana. Yo en cambio, te quiero como sos, y te sueño grande aunque seas pequeña!