martes, 13 de diciembre de 2011

El sexo y la comida

Hay dos cosas que para mi son esenciales para ser feliz en esta vida: la comida y el sexo, sin perjuicio de otras cosas que tambien son importantes y esenciales para todos los que presumimos de seres humanos, pero esta vez solo quiero hablar de estos dos placeres únicos, porque son tan similares, tan excitantes, tan extraordinarios, y a lo mejor lo mío es que de pronto soy hedonista, aunque yo me inclino a pensar que es porque puedo ser feliz con cosas tan sencillas como una buena comida o una buena sesión de sexo, es que como decía el extraordinario escritor Irlandés Oscar Wilde "tengo gustos simples, me satisfago con lo mejor".

Una carne asada 100% nicaraguense con su gallopinto, tortilla, queso frito y ensalada de repollo con tomate te despierta todos los sentidos, al igual que puede hacerlo una caricia suave pero reveladora.

Desafortunadamente, hay personas que comen por llenar un requisito de forma mas que de fondo digamos, ellas comen porque simplemente el ruido (llámese TIGRE) en sus estómagos les molesta, pero nada más! que si el arroz está medio duro, que si los frijoles medio choquitos, que si la tortilla parece hule, que si la carne medio quemada, etc., nada de eso cuenta, pues lo único que importa es que el tigre deje de rugir, bueno, en ese caso, casi puedo adivinar cómo es el sexo para esta persona, puras fintas sin llegar a dar un buen golpe.

Conste que no estoy generalizando, sé de personas que les da igual lo que comen, pero no lo que cogen.

Los olores en la comida te pueden transportar a gratos recuerdos, la comida de tu mamá o de alguien especial te hace vivir nuevamente el sentimiento de fraternidad o amor, lo mismo puede pasar con una caricia,la cual te puede no solo traerte gratísimos recuerdos sino tambien puede ser el preámbulo de uno nuevo. Y si se te ocurre combinar ambos placeres en una sola sesión, prepárate para llegar al cielo. Dosis desenfrenadas de endorfinas y dopaminas. Golpe mortal a la rutina, la comodidad y el aburrimiento.


Pero como siempre en esta vida, todo debe ser con medida (ahggg bendito equilibrio) no podemos pasarnos de la raya, debemos siempre procurar tener un límite aunque lo sobrepasemos de vez en cuando, pues si te entregas al placer de la comida, podrías llegar a conocer lo desventurado que es ser una persona obesa y si te entregas demaciado al sexo, te arriesgas a caer en un abismo del cual ni la soledad será tu compañía, en otras palabras, disfruta de los placeres que te ofrece la vida, pero no insistas en quedarte en ellos, porque la vida no es un camino, sino muchos, y no tenemos mucho tiempo para recorrerlos todos.

Saborea cada momento y cada caricia como si estuvieras saboreando un Yeah Gelato, un Eskimo o un pastel de chocolate!