lunes, 28 de septiembre de 2020

Y ahora un poema a mi patria

Orgullosa de pisar cada mañana que me levanto ésta tierra, verde, frondosa, llena de bosques y volcanes, lagunas, maravillas del alma mía. 

Cada mañana en tu camino es como un delicioso quesillo, jugoso, cremoso, caliente y picante.

Cada vez que saboreo una tortilla recién salida del comal, siento el trabajo y el amor de las manos que la palmearon, ¡santa señora tortillera! Que haces todas mis mañanas preciadas.

Nicaragua, patria, madre, tierra, tradición, color, sabor, a Nicarao, a Raza, a Indio, a fuerza titanica,  a valor,  a coraje, a honor. 

Cuando pienso cuánto has sufrido, cuánto te han sometido, cuánto has sangrado, mi corazón se desborda como el río grande en un mal día de octubre,  y se llena de dolor y desesperación

Cuando veo a tus agresores tan campante y tan sonantes, mis venas se hinchan de coraje, en mis venas galopan los ancestros buscando venganza por la sangre. 

Cuando me hablan tus victimarios y los veo a los ojos, sólo vacío y ambición puedo ver en ellos. 

Y cuando hablo con tus hijos, ya no son hijos del valor y la gloria porque hace rato ya que no brilla hermosa la paz ni en tu suelo ni en sus corazones, la época del digno laurel y grandes hazañas se esfumaron, se fueron enterrados con las mentes y corazones de las viejas generaciones, las que te amaban incondicionalmente mi linda Nicaragua.