martes, 4 de junio de 2019

A mi madre...

Todas las cosas que debía decirte, se quedaron para siempre atoradas en mi garganta, como una molesta y eterna gripe, no pude explicarte las profundas razones de mis comportamientos fraternales,  que para ti eran más bien anti fraternales, nunca podré insistir en mis motivos contra el dogma religioso que tanto te enfadaba, tampoco podré pedirte que sigas teniendo paciencia, no podré ya decirte nada nunca, porque decidiste sin consultar, te fuiste con la urgencia de un doctor en una tarde llena de accidentes automovilísticos, te fuiste sin mirar atrás y para siempre.
y ahora, cada día me convenzo mas que atendiste un llamado espiritual, más que hacerle caso a la huesuda, que dejaste este mundo para alistarte a tu verdadera misión. Guerrera de fuego y hielo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario