martes, 28 de abril de 2015

Pequeñas reflexiones de insomnio...




El tiempo de vida es corto y lo mal gastamos, lo poco que tenemos lo desperdiciamos, especialmente en atender asuntos que no son de nuestra incumbencia, en pensar en personas que de ninguna forma piensan en nosotros, en dar a los demás lo que a veces debemos darnos a nosotros mismos, en regalar nuestra presencia a quien no la aprecia, en discutir cosas indiscutibles, en insistir en una estancia donde ya no somos bienvenidos, en acompañar a quien ya le estorba nuestra compañía y encima insistimos en cargar una mochila a nuestras espaldas repleta de recuerdos, especialmente los sinsabores, hasta el copete de tristes pasados y brillantes "futuros", personas ausentes en cuerpo y en mente, amores que fueron, que dejaron de ser, que perdimos o que nos dejaron, con el alma deshecha y el corazón rasgado, cargamos los errores de los padres, del marido, de la esposa, de los hermanos, de los amigos, de los hijos, cargamos los sueños rotos, los sueños incumplidos por  la falta de coraje, cargamos el miedo y el espanto de la muerte y la enfermedad.

Somos el escalador de montañas que nunca llega a la cima, somos el alpinista de nuestra propio vida, pasamos todo el tiempo queriendo subir y escalar, pero con cada paso que damos llenamos un poco más nuestra maleta y el viaje se torna pesado, la montaña se impone  más alta, la empinada más dura, el camino más difícil.

Sufrimos el dolor de estar vivos y equivocados, sin sentido y con mucha prisa por llegar a cualquier parte.

Hay que dejar ir, hay que soltar, hay que desprenderse del pasado que nada nuevo trae y no nos perdamos en el presente por un futuro que no ha llegado. Los miedos seguirán ahí, esos no desaparecerán, pero los puedes controlar con la soga del valor, del paso y la voluntad.

En vez de esa gran mochila de viaje, usá un bolso de mano, guardá el día, el momento, el ahora, el hoy, y al final del día vacíalo, toma lo bueno, descartá lo superficial, medita las lecciones, saborea las compañías, deleitate, frustrate, llorá, soltá, deja ir, y al final, dormí sin que nada del mañana te importe, pues la montaña estará ahí, los problemas, la gente, el dinero, la ropa, el jefe, la familia, los amigos, todo y todos están ahí, tu último pensamiento debería ser preguntarte qué estas haciendo por ti mismo y para ti mismo, volverte hacia ti, ese es el camino......

 

sábado, 11 de abril de 2015

el día que el mundo se detuvo....

A propósito de "el día que la tierra se detuvo"

1
Solo cuando nos encontramos al borde del precipicio somos capaces de cambiar.

2
La adversidad descubre al genio dice Dumas padre en su brillante libro el Conde de Montecristo. A veces solo cuando nos encontramos en situaciones extremadamente nocivas en cualquier aspecto, descubrimos una inteligencia insospechada y hasta sentimientos impensados.

3
Nuestra naturaleza es de una contradicción pura. Amamos tanto como odiamos. Aunque a la hora de construir y de destruir, destruimos más de lo construimos y más rápido, pues no resulta fácil construir, pero sí nos toma segundos destruir.

5
Con lo poco que hemos construido nos hemos convertido en seres arrogantes, presumidos y belicosos con una cierta tendencia a creernos semi dioses, inmunes a todo el universo.

6
Nuestra actitud auto destructiva nos llevará algún día al borde del abismo, la pregunta es qué tan largo o cerca estará ese día. Y si estando al borde del abismo cambiaremos de actitud o seguiremos creyendo que somos infalibles e imprescindibles para este planeta.

7
La mayoría creemos firmemente que llegar al punto en el que la tierra se nos rebele es como llegar a conocer a santa claus, inconcebible, pues el planeta tierra no tiene motivo alguno para rebelarse a esta raza. El marcado escepticismo en las fatales consecuencias del maltrato al planeta y la exagerada religiosidad de los seres humanos acaba por cegar la razón y la lógica.

8
Le enseñamos a nuestros niños lo que es malo o bueno según nos han enseñado a nosotros, no hay que robar, no hay que mentir, hay que ser obedientes con los padres, hay que respetar a los adultos, hay que creer en Dios, … etc. Y contaminar el medio ambiente no es malo? Es fatídico y triste.

9
A estas alturas de la modernidad, hay que incorporar a dichas normas sociales y morales EL NO CONTAMINAR EL PLANETA, a no botar basura en las calles, a reciclar la basura, a enseñarles a las futuras generaciones que es una obligación cuidar nuestro entorno ambiental, pues de lo contrario crecerán como nosotros creyendo que el planeta se cuida solo y que está bien contaminarlo.

10
A manera de conclusión y parafraseando a Tomás Hobbe "el hombre es lobo del hombre" nunca antes esta frase tuvo mayor vigencia que ahora.