viernes, 4 de mayo de 2012

Érase una vez en Nicaragua

Érase una vez un reino rico en naturaleza, lagos, lagunas y volcanes y playas espectaculares. Su tierra fértil era envidiable, su ciudad estaba cubierta por frondosos arboles que daban plácidamente sombra, realmente era un lugar tranquilo para vivir en armonía con la naturaleza.

Érase una vez un país pequeño en tamaño, pero grande en espíritu y voluntad. con un presidente de dudosa legalidad y una primera dama con complejo de Genjis Khan

Érase una vez este lindo país con particulares ciudadanos que padecían de ciertos males, entre ellos el conformismo, el valeverguismo y la amnesia.

Un día se reunieron en su ciudad todos los distinguidos ciudadanos para celebrar elecciones de presidentes que resultaron ser  elecciones de juguete.

Como todo país de cuento de hada, hay un príncipe, una princesa y una bruja mala. De los dos primeros nunca se ha sabido nada.

Raro cuento, rara ciudad, raros ciudadanos. Eligen a la bruja encantados.

Y como en todos los cuentos hay una maldición, y ésta no es la excepción, los pobres ciudadanos quedaron atrapados en una mágica e ilusoria revolución.