lunes, 24 de octubre de 2011

Ya me tenés harta!

Creo que fui un poco afortunada en mi niñez, digo poco porque aunque flaquita y enclenque no me escapé de las palizas que acostumbran dar las madres, o sea, tremendos azotones y fajazos sin contar con las agresiones verbales que uno de cipote tiene que aguantar, eso sí, con la boca callada y la cabeza gacha, de lo contrario te suenan con más ahínco.

No es que quiera hablar mal de las madres o padres, no es esa la intención de mi escrito, en lo absoluto, realmente me puse a reflexionar después de ver el flagelo a un niño por ser desobediente, atrevido, gritón y falto de respeto hacia su madre, solo quiero dejar ver el mundo de violencia al que estamos expuestos desde pequeños, sé que los padres lo hacen queriendo corregirnos, y no discuto ni pongo en tela de duda su amor fraternal, pero sí señalo la forma y no el fondo aunque al final una cosa va aunida a la otra indiscutiblemente por las consecuencias que resultan de las golpizas "legales" que nos brindan gratuitamente los progenitores.

Los golpes, vengan de donde vengan duelen!, los fajazos son humillantes, el manotaso en la boca ofende, el coscorronazo bastante frustrante y la jalada de orejas es indignante y ni hablar de las ofensas grotescas y las amenazas de tortura y muerte que te vociferan en la cara.

Frases como"sos un bruto", "no sabes hacer nada bien", "pareces mongolito", "me tenés cansada", "ya no te aguanto", "qué voy a hacer con vos" son el pan de cada dia en miles de hogares nicaraguenses sin importar el estatus social.

y las amenazas de tortura y muerte son todavia mas escalofriantes: "te voy a quemar la boca" "te voy a bajar los dientes de un solo", " te quisiera estrellar contra la pared" "si me volvés a contestar te rompo la cara", "te voy a quemar la mano"

Y todavía nos preguntamos porqué los hombres le pegan a sus mujeres! seguro se desquitan con la pobre esposa de todo lo que le hizo la santa madre en su niñez por ser hijos desobedientes y malcriados, le callan la boca a la mujer antes de que ésta les diga que también son malos maridos!

El asunto es que dirán muchos que "sólo así aprenden los chavalos", si claro!! así también confiesan los prisioneros de Guantánamo, así quien no confiesa sus crímenes y aprende! Pero vamos, este es un cículo de violencia que germinamos en casa y que termina en la cárcel, en el psiquiátrico, en el hospital y en el peor de los casos en la cotidianeidad.


Aunque suene ya gastado: No hay excusas para la violencia. Los golpes duelen, las ofensas lastiman y los gritos degradan.


En conclusión, es más fácil dar una cachetada que dar explicaciones, es más fácil perder la paciencia, que armarse de ella, es más fácil castigar, que preguntar y averiguar el porqué de ese comportamiento rebelde. Es más fácil usar la tajona que usar la razón.

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